Las tareas y atributos del Monasterio son nuestras estrellas guía.
Iluminan nuestro camino, nos revelan los pasos a dar y nos orientan en la tarea de tornar sagrada la vida.
Sabemos que a partir de nuestra propia transformación podemos ayudar en la transformación de todo lo que nos rodea, y que el ejemplo vale más que las palabras.
De esa manera, en el silencio de nuestro ser buscamos ver la esencia en todas las cosas, y realizar ahora lo que muchos dejan para el futuro.
Ser miembro del Monasterio significa dejar que nos impregne la verdad interior;
significa aspirar a una vida pautada por propósitos superiores y querer ser lo que en realidad somos.
Significa, en fin, dejarnos vivir por el Espíritu infinito que todo lo anima.
- Como simiente, no sólo romper la propia cáscara, sino también perforar el suelo.
- Expresar la Voluntad, aun en las etapas de transición.
- Ampliar los límites y arrancar las rocas que no se pulen solas.
- Reverenciar perpetuamente.
- En la simplicidad, llegar a la Esencia.
- Reconocer el impulso que lleva a la Realidad.
- Buscar, primero, la Fuente de Vida, y dejar que el Regente coordine tu ser.
- Construir las bases, levantar las paredes y, entonces, entregar la Nueva Morada.
- Trabajar y vivir en soledad, teniendo como única fuente de impulso al propio mundo interior.
- Ni castigarse, ni tenerse autocompasión, ni autocomplacencia.
- Estar en el lugar correcto y colaborar con las Jerarquías.
- Tener al Eterno como única Verdad.
- Despertar al Universo que guarda nuestro interior.
- Cruzar los Portales del Gran Templo.
- Delante de la llama del Espíritu, encontrarse en la morada de los puros.
- Preservar los impulsos cósmicos para la elevación.
- Estar totalmente dispuesto a transformarse.
- Percibir la Gran Consciencia.
- Dejarse marcar por el Encuentro Mayor.
- Expresar ceremonial y ritmo de manera cada vez más impersonal.
- Descubrir la libertad en el cumplimiento obediente de cada etapa.
- Jamás retroceder.
- Ser portador de la realidad inmaterial.
- Después de bendecido, bendecir.
- Cavar hasta encontrar la Fuente.
- Decidido, dirigirse a su Destino.
- Penetrar con coraje el misterio del trayecto.
- Aprender el lenguaje de las estrellas.
- En nuestro corazón, jamás dejar que el Sol decline.
- Percibirse parte del Infinito.
- Tener como única compañía la esencia de las estrellas más distantes.
- Olvidar el camino.
- Mantener el temple que lleva a la perfección.
- No percibir cuando los pies ya no toquen el suelo.
- Reconocer, cuando Sirio envíe, a los que estuvieron presentes en el principio.
- Sin nombre, sin morada, ser verdadero a los ojos del Gran Cónclave
- Abrir camino para los que deben trascender la vida terrestre.
- Mediante el servicio incondicional, vivificar el núcleo interno de los sufridores.
- Despertar el magnetismo interno.
- Transformarse en canal de impulsos espirituales.
- Rendirse a un “amor arrebatador”, a una “locura santa”.
- No contar con la comprensión humana, ni en sí ni en el semejante.
- Ayudar en la expresión de los universos y observar, impasible, la creación y la destrucción de las formas.
- Ser fuente de ayuda para el Plan de Rescate.
- Colaborar en la redención de la vida planetaria.
- Sustentar las corrientes poderosas que llegan en auxilio de la humanidad.
- Asumir las energías de los centros primordiales.
- Presenciar la revelación de la propia existencia.
- Conducirse estrictamente por el camino de la Verdad.
- Ordenar la vida basándose en la esencia interna.
- Sintonizar con la perfección existente en el interior de cada ser.
- Trabajar secretamente.
- Servir secretamente.
- Vivir secretamente.
- Tornarse curador del propio ser.
- Observar una precisión impecable.
- Ofrendarse al puro equilibrio.
- Renunciar a interferir en la evolución de los demás.
- Trascender la acción del karma material.
- Tener la Sublime Neutralidad como permanente ejercicio.
- Llamar a las ovejas por su nombre y conducirlas a pastar.
- Hablar sólo lo necesario.
- Considerar los cuerpos como templos vivos.
- Desconfiar del consuelo, amar lo laborioso.
- Preferir ser olvidado a ser tentado.
- Entre riquezas, en ellas no detener el corazón.
- No ser infiel, ni siquiera en lo pequeño, para después no serlo en lo grande.
- Orar y nunca faltar.
- Tener presente que, aun distribuyendo los bienes, aun profetizando, aun teniendo fe, sin caridad, nada se estará haciendo.
- Ser exactamente lo que se predica.
- Ser voz en el desierto.
- Ser y hacer incansablemente lo mejor hasta el fin.
- No tener hogar. Tener un lugar de paso, mas no un domicilio.
- Lanzarse a la vida, mas apenas hacerse notar en lo cotidiano.
- Tornar bella la propia presencia, mas sin prolongarla.
- Tener compasión, mas sin lamentarse.
- Defender, mas sin gesticular, impasiblemente.
- Afirmar, mas sin confundirse ni involucrarse.
- Advertir, mas sin retrasar.
- Golpear, si es necesario, mas sin herir.
- Considerar, mas sin mostrar debilidad.
- Cuidar atentamente, mas sin incomodar.
- Nada temer, mas ser prudente.
- Dejar crecer el Espíritu, conscientemente.
Dedicado a todos los que aspiran a una existencia mayor, y a todos los que un día habrán de aspirar a ella.