Cristo, toca con Tu Mano el corazón

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que este reciba el prenuncio de Tu fe.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón, para que se vacíe
y renazca entre las manos de Tu ser.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón, para que se cure
y se abra sin condiciones a Tu Voluntad.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que este muera a sí mismo y a sus pretensiones
y para que se ilumine por el rayo de Tu piedad.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que escuche Tu llamado y pueda responder a Tu ardiente voz.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que este sea humilde, casto y puro.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que Tú desvanezcas de la memoria
las ilusiones y toda propiedad interior.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que este sea verdadero, honesto y luminoso
en la tarea de la Misión.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que este permanezca en lo sagrado
y, en profunda comunión Contigo,
renueve el voto de Amor.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que este aspire volver al vacío de sí
y en la absoluta Nada encuentre la paz interior.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que reconozca la Luz y no tema transformarse.

Cristo,
abre con Tu mano el corazón,
para que él se una a la consciencia
y en el amor viva Tu Principio Redentor.

Cristo,
abre con Tu mano el corazón,
para que sea transmutado
y así la frente y las rodillas caigan al suelo
para reverenciarte en esta Gracia de purificación.

Cristo,
abre con Tu mano el corazón,
para que la humildad sea la eterna hermana
de la protección y de la compasión.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que trascienda con el rayo de Tu Liberación.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que Tú lo cristifiques y viva la unidad Contigo,
en esta llama ardiente de redención.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que Tu Misericordia se asiente en estas células
y así, Tu Propósito Universal se cumpla en este ser.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que recuestes sobre mí la amada cruz
que tienes para entregarme.

Cristo,
toca con Tu mano el corazón,
para que esta esencia se torne un instrumento prodigioso
en Tu proyecto de amor y de perdón.

Cristo,
vuelve Tus ojos sobre este corazón,
para que esta vida se torne como el suelo sagrado bajo Tus pies.

Cristo,
vuelve Tus ojos sobre este corazón,
para que la unidad que reina en Ti
se proyecte con poder luminoso
dentro de esta consciencia en redención.

Amén

Mensajero